LA GUERRA CON EL BRASIL
La Banda
Oriental había sido una tradicional fuente de conflictos para el Río de la
Plata, desde los tiempos de la Colonia. Un lugar de frontera y disputa entre
dos imperios, el español y el portugués, que pugnaban por su control absoluto.
Luego de la Independencia, el conflicto continuó entre los portugueses y los
gobiernos patriotas. Portugal mantuvo su política de expansión con la ambición
de ocuparla totalmente. Esta aspiración comenzó a cumplirse en 1816, cuando el
general Lecor avanzó sobre el territorio oriental con el pretexto de combatir a
Artigas. Finalmente, en 1821, el rey Juan VI de Portugal determinó la anexión
de la Banda Oriental al territorio del Brasil como provincia Cisplatina.
Durante mucho
tiempo Buenos Aires mantuvo una política ambigua frente a la presencia
portuguesa en la Banda Oriental. Si bien sus gobiernos realizaron reclamos por
vía diplomática, extraoficialmente siguieron una política de entendimiento.
Estaba latente la amenaza de una gran expedición española, y consideraban necesario
no confrontar con Portugal para evitar que avanzara también sobre Buenos Aires.
Por otra parte, por diferencias políticas, tampoco apoyaban al patriota
oriental José Gervasio Artigas.
Los "Treinta y Tres Orientales": un grupo de patriotas
En 1822 se cortan
los lazos entre la metrópoli y su colonia: Brasil se independiza de Portugal.
Los patriotas orientales ven renacer sus esperanzas. Un grupo se instala en
Buenos Aires y organiza un centro de resistencia a la ocupación portuguesa,
contando con el apoyo de estancieros porteños.
En abril de
1825, parte desde Buenos Aires una expedición integrada por treinta y tres
orientales, a cuyo frente se encontraba Juan Lavalleja. En pocas semanas, los
expedicionarios recuperaron gran parte de la provincia hermana, ya que contaban
con el apoyo de la población. A partir de ese momento fue necesario
institucionalizar la rebelión. Lavalleja reunió un Congreso en La Florida,
donde se declaró la incorporación del territorio oriental a las Provincias
Unidas del Río de la Plata. El Congreso Constituyente reunido en Buenos Aires
aceptó la unión de la Banda Oriental, lo que provocó que Brasil declarara la
guerra el 10 de diciembre de 1825.
La mediación de Inglaterra
A un año de
haber comenzado el conflicto, llegó a Buenos Aires el ministro plenipotenciario
inglés lord Ponsonby, con el fin de mediar entre ambos países. La mediación se
haría aceptando la independencia de la Banda Oriental y la libre navegación de
los ríos. Buenos aires estuvo de acuerdo con las condiciones, mientras que
Brasil se negó.
Rivadavia
necesitaba lograr la paz, a pesar de los triunfos milita-res, porque se
desmoronaba su mandato. El presidente y el ministro inglés acordaron enviar a
Manuel José García para lograr la firma del tratado que pondría fin a la
guerra, pero con la condición de la independencia oriental o su devolución al
gobierno rioplatense.
El ministro
García firmó un tratado preliminar deshonroso, ya que reconocía la unión de la
Banda Oriental al Brasil y la renuncia de todo derecho a reclamación, Buenos
Aires indemnizaría al Brasil y se garantizaba a Inglaterra la libre navegación
del río de la Plata.
El Congreso no
aceptó la paz y la guerra continuó. Rivadavia se vio obligado a renunciar. La
situación económica ahogaba a ambas partes. Finalmente, en 1828, se firmó la
paz bajo el gobierno de Manuel Dorrego. Se reconocía la independencia de la
Banda Oriental. Brasil y Buenos Aires se comprometían a respetarla. Este
tratado provocó la reacción federal, argumentaban que la guerra había sido un fraude.
Los orientales, en cambio, estaban jubilosos.
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